martes, 5 de junio de 2012

Con su gélida mano me oprime el pecho. Sus tenebrosas voces seducen mi pensamiento. En llamas, toda yo en llamas. De dolor, retorcida, mi mente gesticula en busca de auxilio. Desgarrada, enjaulada, anhelante. Y que se agarra y no me suelta. Desequilibrando cualquier resquicio de cordura. Su gélida mano me ahoga. La gélida mano de la realidad me abofetea el alma.

domingo, 3 de junio de 2012

Divagaciones. Bailes de mascaras emocionales. Días en los que me permito transgredir a Bécquer y jugar con sus frases a mi antojo:


Veíase el arpa. Las leves ondas que jugando riza. Saeta que voladora cruza arrojada al azar. Embriaguez divina del genio creador. De su dueña tal vez olvidada. Yo quisiera escribirle que tengo alegre la tristeza y triste el vino. ¡Cuánta nota dormía en sus cuerdas! Del salón en el ángulo oscuro. Colores, en el vacío cometa errante. ¿Comprendes ya que un poema cabe en un verso?