sábado, 26 de mayo de 2012

Bueno, papel, viejo amigo... parece que solo me quedas tú. Y esas desgarradoras ganas de contártelo todo mientras mi pecho arde, mientras la tinta grita sobre ti, fundiéndose, creando una perfecta síntesis. Y la pluma se clava, te hiere. Ausencia que ensordece, que emborrona y entremezcla el vino en frases ilógicas. Palabras cargadas de algún sentimiento atormentado y maltratado, te seducen. Embustes. Metáforas. Tan enrevesado como sea posible. Y que sale por la boca. Hasta que llega el punto y final.

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